Algunos libros son leídos, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos.
(Francis Bacon)

martes, 4 de junio de 2013

Las partículas elementales - Michel Houellebecq

Autor: Michel Houellebecq
Título original: Les  particules élémentaires
ISBN: 9788433967305
Género:Narrativa
Editorial: ANAGRAMA
Fecha publicación: 1998
Fecha de edición: 2011
Número de páginas: 220
 
 
Sinopsis;
En Las partículas elementales, Houellebecq lleva a sus últimas consecuencias su frase: "Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte." La novela narra el improbable nudo que unirá los destinos de dos hermanastros: Miche, prestigioso investigador en biología, especie de monje científico que a los cuarenta años a renunciado a su sexualidad y sólo pasea para ir al supermercado; y Bruno, también cuarentón, profesor de literatura, obsesionado por el sexo, consumidor de pornografía, misógino, racista, un virtuoso del resentimiento. Encarnación consumada, en fin, de una sociedad en la que la velocidad de el placer no deja tiempo al nacimiento del deseo. Ambos han sido abandonados por una madre que prefirió una comunidad hippie en California a cualquier otro empeño.
 
 
Fragmentos;
 
Él sólo quería amar; al menos no pedía nada. Nada concreto. La vida, pensaba Michel, tenía que ser algo sencillo; algo que pudiera vivirse como un conjunto de pequeños ritos, indefinidamente repetidos. Ritos al fin y al cabo un poco estúpidos, pero en los que, en el fondo, se pudiera creer. Una vida sin apuestas y sin dramas. Pero la vida de los hombres no estaba organizada así. A veces salía, observaba a los adolescentes y los edificios. Una cosa era segura: nadie sabía ya cómo vivir. Bueno, estaba exagerando: algunos parecían movilizados, como si los arrastrara una causa; su vida parecía cargada de sentido. Los militantes de "Act Up", por ejemplo, creían importante que pusieran anuncios en la tele que otros consideraban pornográficos, en los que se veían diversas prácticas homosexuales filmadas en primer plano. Por lo general, su vida parecía agradable y activa, salpicada de acontecimientos variados. Tenían muchos amantes, se daban por culo en los "backrooms". A veces los preservativos resbalaban o se rompían. Entonces se morían de sida; pero también esa muerte tenía un sentido militante y digno. por otra parte, la televisión, sobre todo el primer canal, daba una lección permanente de dignidad. De adolescente, Michel creía que el sufrimiento otorgaba al hombre una dignidad adicional. Ahora tenía que reconocer que estaba equivocado. Lo que otorgaba al hombre una dignidad adicional era la televisión.
...
En el fondo, se preguntaba Michel observando los movimientos del sol sobre las cortinas; ¿para qué servían los hombres? Puede que en épocas anteriores, cuando había muchos osos, la virilidad desempeñara un papel específico e insustituible; pero hacía siglos que los hombres, evidentemente, ya no servían para casi nada. A veces mataban el aburrimiento jugando partidos de tenis, cosa que era un mal menor; pero a veces les parecía útil avanzar la historia, es decir, provocar revoluciones y guerras, esencialmente.
...
La palabra que crea una relación, tambien puede separar.
...
Una mentira es útil cuando permite transformar la realidad, pensó; pero cuando la transformación fracasa sólo queda la mentira, la amargura y la conciencia de la mentira.
...
Puede que la vejez sea eso; las reacciones emocionales se embotan, hay pocos rencores y pocas alegrías; uno se preocupa sobre todo por el funcionamiento de sus órganos, por su precario equilibrio.
...
Acumulamos recuerdos para sentirnos menos solos en el momento de la muerte.
...
El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reirse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.
...
 
 
 
 Creo que lo que Houllebecq se propone en gran parte con este libro (y consigue) es, ante todo, una crítica despiadada a la sociedad a partir del "yo", del individuo y de cómo con sus decisiones individuales se condiciona a sí mismo y condiciona lo (y a quién) le rodea. Creo que es, sobre todo, una crítica al individualismo.
Houllebecq parece pensar que cuando se tomó conciecia y se implantó la modernidad a la tradición, ésta nos implantó el individualismo, al creer que sólo desde él mismo se podría conseguir la felicidad...
Y el egoísmo que conlleva el individualismo acabó convirtiéndose en el eje sobre el que gira nuestra sociedad...
Porque para el autor, el individualismo es como una enfermedad que nos provoca una sed difícilmente saciable, que, además, es utilizado por el propio sistema para, en vez de ayudarnos y rescatarnos de este mal, nos esclaviza, y lo único que se consigue es encerrar al individuo en su propia soledad, en una infinidad de deseos, la mayoría de ellos impuestos, la mayoría de ellos imposibles de satisfacer... Esto es lo que me pareció que intentaba Houellebecq hacernos creer, que esa espiral de deseos egoístas, difícilmente se podrá parar, porque si de algo carece el hombre expuesto en esta novela es de futuro....y de libertad.
Dice el propio autor en la contraportada; "Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte." Y vaya si aprieta. Aprieta y consigue escocer; la desolación y la soledad inundan muchas de sus páginas, porque lo que se nos muestra es un ser humano que ha fracaso, una sociedad degradada, en la que es difícil la comunicación, en la que las religiones han fracasado... Y ésto parece llevar a Michel (uno de los hermanos protagonistas) a creer (y dedicar por entero su vida) a que la única salvación es la ciencia, pero la ciencia carece de calor, es fría, no consuela ni ofrece un hombro en el que llorar. La ciencia para cambiar al hombre... Pero la ciencia también es egoísta... Y su sueño se va desvaneciendo, pero aún así, no puede dejar de abrazar a la ciencia..
Otra de las cosas que también destacaría es la importancia y las consecuencias de el paso del tiempo, del declive al que los años someten (y nos someten) a los protagonistas, sobre todo al envejecimiento físico debido a la importancia que se le da hoy en día, en una sociedad en la que reina lo estético...
También el amor, pese a estar poco nombrado, juega un papel importante en la novela, los personajes femeninos; la madre de ambos, Anabelle (la chica a la que cualquier hombre amaría) y Cristiane (la mujer a la que cualquier hombre querría "acompañar" en los asuntos carnales), acompañan (unas veces físicamente y otras veces con sus ausencias) y transforman a ambos hermanos.
Y sí, es verdad, el sexo y la ciencia (de lo segundo se critica menos al hablar de la novela), ocupan muchas páginas. ´
¿Eso la hace peor novela? No lo creo, más que nada porque hay partes del libro en el que se expone y trata la llamada supuesta liberación sexual (Mayo del 68, el auge del movimiento hippie, étc..), y porque el personaje de Bruno está especialmente condicionado por el sexo y esas "escenas" nos ayudan a conocer sus fobias y a conocerlo un poco a él. Houellebecq utiliza el sexo (a veces explícitamente, sí), como catalizador de angustias, de frustraciones, y de la exclavitud que más de uno padece con respecto a él...
Y el personaje de Michel, cómo no, está condicionado por la ciencia, que también ocupa páginas y páginas. Sus investigaciones luego son utilizadas y puestas en prácticas para llegar al final (que viene a ser como otro principio) de la historia...
Hay una discusión curiosa entre ambos hermanos sobre el libro de Aldous Huxley "Un mundo feliz", que no me atrevo a comentar porque aún no lo leí (por casa lo tengo, le haré un hueco pronto)...
Definiría este libro como una novela entre la ciencia ficción y el nihilismo.
Y como cualquier obra en parte nihilista, recomendable... pero no a cualquiera...
 
 
Mi voto: 7
 
 
Cine;
-Las partículas elementales.(2006. Alemania) Oskar Roehler.

 
                                                          
                                      
                                                           
                                                           
                                                           
                                                            
                                                                      
 
 
 
 
 




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